Tras casi 200 años la fórmula magistral que, en sus debidas proporciones, arroja como resultado la loza fina característica de La Cartuja de Sevilla sigue manteniendo sus mismos componentes: cuarzo, caolín, feldespato, sílice, arcilla y arena, entre otros.
La masa oscura resultante de la mezcla se denomina barbotina y se presenta en dos estados, líquida para la elaboración de piezas huecas y sólida para las piezas planas.